Al año, cerca de 300 millones de toneladas de frutas y verduras son trituradas por no cumplir con las normas de estética y tamaño. Muchos grupos y gobiernos planeaban maneras de reducir el desperdicio, hasta que la empresa Intermarché puso cartas en este asunto. Cabe destacar que Intermarché es la tercera más grande cadena de supermercados en Francia.
El plan era sencillo: dar a escoger a los consumidores qué es lo que querían comprar. Dando a elegir entre las frutas de "revista" o todas estas frutas que se tiraban por no ser 'bonitas' y tenían descuentos muy tentadores.
Al principio, la gente no se sentia muy cómoda con la imagen de los vegetales. Así que la empresa una vez más puso manos a la obra: empezo a ofrecer sumos de las frutas sin gloria gratis. Cuando la gente comenzo a beber el jugo, se dio cuenta que el sabor no diferia entre una mandarina normal y una 'desafortunada manadrina' (nombres que la empresa otorgó a los vegetales feos: "la manzana grotesca", "la zanahoria horrible", "la patata rídicula", etcétera"). Y como arte de magia, las frutas y verduras sin gloria comenzaron a desaparecer de los estantes. Tanto fue la efectividad de la campaña, que el primer mes se vendieron cerca de 2000 toneladas en todas las sucursales. Y pensar que todos estos alimentos estuvieron a punto de desecharse.
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